Aún recuerdo aquel primer día como si de ayer mismo se tratase, todos
corriendo por los pasillos sin un destino claro y con muchos pero muchos
miedos. No podía creer que ya iba a empezar el instituto, lo rápido que había
pasado la primaria y lo lejos que quedaba aquel patio de infantil. Mientras recordaba aquellos grandes momentos
una sirena muy desagradable rompía esos recuerdos para volver a la realidad,
una profesora muy amable me ayudó a encontrar ese aula a la que hoy podría ir
con los ojos cerrados desde cualquier punto de este instituto.
Aquella primera vez que vi a esa profesora ya sabía que iba a poder contar
con ella en cualquier momento, y así ha sido durante este curso. Durante las
primeras semanas utilizaba el juego para facilitar que nos pudiéramos
relacionar entre nosotros, hacia actividades súper divertidas para poder
conocer a todos mis compañeros y poder quitarnos todas esa vergüenza que
sentíamos. Aunque eso fue solo unos días, a la siguiente semana ya parecíamos
tortugas con las mochilas que pesaban incluso más que nosotros que nos
acompañaban hasta esa aula que poco a poco fuimos convirtiendo en nuestra.
Los libros eran súper aburridos, temas poco interesantes que a ninguno de
nosotros nos interesaban pero que mi profesora conseguía llamar nuestra
atención creando historias con todos esos contenidos, dibujos que eran
esquemas, cuentos donde los problemas de mates se resolvían e incluso muchas
veces representábamos a los diferentes protagonistas, esto evitaba contarlo en
casa porque mis padres me decían si realmente estaba en el instituto o seguía
en aquel patio de infantil. Pero eso cambiaba cuando en las notas llegue con el
primer sobresaliente en historia, aún recuerdo como bordé aquel examen sobre la
segunda guerra mundial y es que en aquel tema me toco representar al mismo
Hitler.
Ahora que ya ha acabado primero tengo muchísimas ganas de comenzar el
siguiente curso, aunque no tengo muy claro quien van a ser mis profesores, mis
compañeros y ni siquiera si tendré la suerte de aprender tanto como este curso.
Pero una cosa tengo clara: ¡Ha sido el mejor año de mi vida!
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