miércoles, 14 de octubre de 2020

PRÁCTICA 1: "La mirada del otro" - Juan Carlos Vicente Mulero

Hola, mi nombre es Alfonso, un niño de nueve años que el curso pasado era alumno de 4º de Primaria en un colegio de Elche. Ese curso fue especial para mí, ya que era nuevo en el colegio y no sabía si iba a adaptarme bien a mi nueva clase.

Durante el curso, todo era perfecto y estaba muy contento por cómo estaban saliendo las cosas, ya que sacaba buenas notas, tenía muchos amigos y amigas, el profesor era muy bueno con toda la clase, y estaba aprendiendo muchas cosas. Cuando parecía que nada podía ir mejor, llegó a clase un nuevo profesor que hizo que todo fuese incluso mejor de lo que ya era.

Un día de febrero, llegué a clase y vi que al lado de mi tutor había un chico nuevo. El tutor nos explicó que era un profesor de prácticas que iba a estar un tiempo con nosotros y nosotras. Al principio, este profesor era un poco tímido con la clase, pero con el paso de los días empezó a tener más contacto y confianza conmigo y con el resto de la clase.

Después de un par de semanas, empecé a ver cómo era el nuevo profesor con los alumnos y alumnas. Él era una persona muy simpática, atenta, comprensiva, y abierta con todos y todas; podíamos hablar con él de cualquier cosa y nos escuchaba de principio a fin, jugaba con nosotras y nosotros en los descansos, siempre intentaba hacernos reír, y nos ayudaba si necesitábamos algo.

Recuerdo que nos dio tres clases de Matemáticas, en las que nos explicó el tema de las fracciones. Me acuerdo de esto porque odio las Matemáticas, pero esas clases me gustaron por lo que hicimos, ya que nos preparó actividades manipulativas que hicimos en grupos y aprendí pasándolo bien. Pero sin duda, lo que más me gustó de él fue que, por la relación que teníamos, podría decir que era un amigo o un compañero más.

Como he dicho anteriormente, el curso estaba siendo perfecto, pero todo cambió cuando el coronavirus llegó a nuestro país, ya que se suspendieron las clases y no volvimos a ir al colegio, por lo que dejé de ver a mis compañeros y compañeras, a mi tutor, y a mi profesor de prácticas.

En la actualidad, las cosas han cambiado mucho en el colegio. Ahora llevamos mascarillas, no podemos juntarnos en grupos, nos toman la temperatura cada día, y de momento nadie puede venir a clase a visitarnos. Por ello, llevo sin ver a mi profesor de prácticas desde marzo, y solo espero que la situación mejore para que pueda venir a vernos cuanto antes.

Está claro que el curso pasado fue el más raro y triste que he vivido en todos los años que llevo estudiando en el colegio. A pesar de ello, siempre recordaré con felicidad ese curso porque conocí a un profesor que, aunque en realidad aún no era profesor, para mí fue algo más que un profesor.

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